No sé de quién es, no sé de dónde, pero yo la sé así.
Qué triste ha de ser morir
y no volver nunca más,
pero es tan linda la vida,
pero es tan chulo el camino,
que si algún día me muero,
entiérrenme en San Juan,
o en Mendoza o allá en La Rioja,
que nunca fue ella tan hermosa
que en vino habré de volver.
Y cuando lloren las parras
para que rían los hombres,
habré de besar las bocas,
y habré de llenar las copas,
de mis viejos camaradas.
Y tal ves, de la que quise
y no me pudo querer.
En una noche de farra,
cuando lloran las guitarras,
si veis al vino llorar,
déjenlo llorar su pena,
que en la lágrima morena,
como nunca ha de gritar.
LA VIDA ES UN VINO AMARGO
DULCE PARRA MENDOCINA
QUE AQUEL QUE NADA "PA" DENTRO
SE AHOGA SOLITO EN LA VIDA.
Descansa en paz
No llores si no puedes ver el sol,
porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.
Ánimo
Porque nosotros los hombres,
hoy somos, mañana no.
Yo he conocido cantores,
que era un gusto el escuchar,
más no queriendo opinar,
se divertían cantando,
pero yo canto opinando,
que es mi modo de cantar.
Cuando me muera, QUE CANTEN,
NO LLOREN NI TENGAN PENA,
metanme en cajón de barro,
brídenme velas de arena.
Y así me despido yo,
de indiferencia a mi modo,
males que conocen todos,
pero que "naide cantó"
Lo siento
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