A PIE


Ejemplo de una jornada diaria

Nos levantamos temprano y nos tomamos una fruta, caminamos con ansia y hasta las 9,30 hacemos una buena tunda de Kms. Parada y desayuno (un buen bocadillo de jamón y...). Ya hemos recuperado fuerzas. Según la etapa, al llegar al albergue este estará cerrado. Lo que hacíamos era colocar las mochilas en orden, una detrás de otra y nos turnábamos en la vigilancia. Así, algunos iban a refrescarse, otros a tomar un refrigerio...

Una vez abierto el albergue, sellábamos la credencial y se nos asignaba una cama. Acto seguido vamos a la ducha, que buena falta nos hace. Nos ponemos limpios y nos dirigimos a lavar nuestra ropa sudorosa, la tendemos y ¡a comer!. Después de la comida, un pequeño descanso en la litera. Más tarde visitaremos los encantos del lugar.

La cena suelo hacerla de bocadillo, me voy a un super y compro fuet, jamón york, jamón, atún y aceitunas, compro pan y me lo como con algun vino de la tierra.

Sobre las diez de la noche, dormir, para levantarnos con fuerzas.¡Llévate tapones para los ronquidos!.

Reflexionando hay tiempo para todo, siempre y cuando, no te tomes el camino como una competición. Hay gente que camina mañana y tarde, y otra sólo de mañana. Cada persona es un mundo.

La media diaria marcada, puede oscilar entre 20 y 40 km. Yo me inclinaría, más bien, entre 25 y 30. El ritmo normal será de 4-5 km hora. Así que caminando 6 o 7 horas, puedes llegar sin problemas físicos a tu final de etapa.


Hay que planificar también las etapas pensando en la población final. Hay pueblos y ciudades, tan bonitas que merece la pena llegar antes para poder visitarlas mejor.

Realmente la metodología expuesta, en el noventa por ciento de los casos, me ha dado buen resultado.

Destaco:
* Hay un tiempo para visitar el entorno.
* Te expones pocas horas al sol.
* Buena velocidad de crucero.
* Recorrido de media distancia.
* Se puede hablar con otros peregrinos a la puesta de los albergues.

 Teoría de las tres capas, para caminar con frío, lluvia... 

La primera capa

De prendas interiores, deberá ser de una fibra hidrófuga (que no se empape) y que faciliten la transpiración. Evitan que nos quedemos fríos con el sudor del cuerpo al descender el nivel de actividad física. Las prendas con alto porcentaje de polipropileno, con poliéster o la clorofibra, mantienen un calor seco y tacto agradable. Debemos evitar la ropa interior de algodón, que resulta de tacto suave pero retiene el sudor. En invierno elegiremos una prenda gruesa, con fibras huecas que almacene más cantidad de aire cálido; mientras que en verano buscaremos mejor una prenda fina con estructura de malla que permita una rápida evacuación de la transpiración. Estas prendas pesan poco y secan rápido.

La segunda capa

 De prendas intermedias, es la que va a desarrollar la labor más intensa en cuanto a aislamiento térmico. Las prendas no son calientes por si solas, sólo cumplen (en mayor o menor medida) la función de retener el calor que genera nuestro cuerpo. Los plumíferos proporcionan excelentes prestaciones en cuanto a aislamiento térmico; pero ofrece varios inconvenientes: es muy aparatoso por el volumen que ocupa (es muy poco aerodinámico), las plumas pierden sus propiedades aislantes con la humedad procedente del exterior o del interior. El forro polar de poliester ofrece la posibilidad de retener el calor en los millones de diminutas cámaras de aire formadas por los microfilamentos que componen el tejido. Las fibras con nombre comercial como Polartec (de poliester) o el Windstopper (que incluye una membrana exterior con función de paraviento, y soporta las primeras gotas de agua antes de buscar refugio).
La tercera capa

 Exterior; constituye la última capa, que nos protegerá del viento y el agua procedente del exterior. Las mejores son aquellas que están elaboradas con algún tipo de membrana, que sea impermeable al agua exterior, diseñada a modo de diminutos embudos que ofrecen su parte estrecha hacia el exterior (con un orificio de entrada muy inferior al tamaño de las gotas de agua) y la parte ancha hacia el interior (para favorecer la evacuación del vapor de agua acumulado en el interior), como en el caso del Gore-Tex. Las costuras de éstas prendas deben ser termoselladas. Es mucho más interesante comprar una prenda sin forro interior (la segunda capa incluida), por las posibilidades que nos ofrece la capa exterior en estaciones no invernales, y por su economía. Podemos encontrar en el mercado prendas con distintos tipos de membranas que cumplen esta función con un éxito aceptable: Gore-Tex (una de las primeras láminas diseñadas, con resultado probado, tiende a perder sus propiedades por presión repetida en los pliegues), Activent (membrana muy transpirable por el tamaño de los poro, superior al anterior, se utiliza como paravientos), Vertex (tejido más impermeable que transpirable),Wind-Tex (membrana utilizada como paravientos principalmente), etc.
La teoría de las tres capas no implica necesariamente que solo tengamos tres prendas, en cada capa podemos recurrir a una o más prendas que cumplan la misma función. Dependiend de la temperatura podemos prescindr de la egunda o tercera capa.
*** Puedes ver en Experiencias la primara etapa Ponferrada-Trabadelo



 Características del calzado

  • Debes elegir un calzado cómodo: flexible (que se adapte a tu pie y se doble la suela con facilidad), que sea transpirable (para que el pie no se cueza), que tenga amortiguación en la parte del talón y la punta (para que tus tobillos y rodillas no sufran debido a los continuos impactos contra el suelo al caminar, un día tras otro). Por tanto, las mejores son las zapatillas deportivas (tipo "running"...) o las de montaña en versión verano. ¡Pero no las estrenes el día de la marcha! dales trote durante un mes antes, por lo menos.

  • Pero tan importante como las zapatillas, son los calcetines. Para las marchas largas es necesario llevar puestos DOS pares de calcetines; aunque pases un poco más de calor. Motivo: si sólo llevas uno, el roce entre la zapatilla y tu pie la produce directamente el calcetín sobre tu piel; en cambio, si llevas dos, este roce se produce entre un calcetín y otro, no sobre tu piel. Así evitas muchas de las temidas ampollas y rozaduras. Depende de cada uno. 
  • Es aconsejable que las botas las adquieras en una tienda física, ya que la numeración de las botas es ligeramente diferente a la del calzado convencional. Además es muy importante que selecciones las botas que son exactamente de tu número, ya que corres el riesgo de sufrir graves lesiones en los pies si la bota no es exactamente para tu pie. Además para el calzado de trekking suelen existir numeraciones medias, es decir 39,39 y ½, 40, 40 y ½...ect. También es importante aparte de la numeración, el tipo de bota. Verás que las hay de caña alta, media o baja, deportivos de trekking. Dependiendo de la época del año unas serán mejor que otras. Las botas de caña alta son las más aconsejables para el invierno, las botas de caña media para el resto del año (para que el tobillo esté protegido). En cualquier caso, en verano también se podrían utilizar deportivos de trekking (que serían las botas de caña baja) por el calor. Te aconsejamos que las uses durante un tiempo antes de hacer el camino, para que cuando vayas a realizar el Camino de Santiago la bota esté totalmente adaptada a tu pie. 
Preparación física

Antes de hacer el Camino de Santiago te aconsejamos que hagas largas marchas (de unos 20 km) en tu tiempo libre con el calzado que vas a usar para el Camino y con la mochila con el peso que vas a llevar. Así luego te resultará más fácil soportar largas jornada caminando.
Otra razón por la que es aconsejable prepararse es para conocer las debilidades de uno mismo, es decir, si te suelen salir ampollas en una determinada zona del pie, puedes prevenir poniéndote una “segunda piel” con esparadrapo. Así evitarás mayores dolencias durante el Camino de Santiago.

La Mochila


Que sea cómoda, mejor anatómica y con sujección a LAS CADERAS, no a la cintura; si es también con bolsillos laterales, facilita grandemente su utilización e, incluso, si tiene dos compartimentos, podríamos utilizar el de abajo para guardar el saco, pues nos permite sacarlo sin tener que vaciar la mochila.
Se puede aprovechar este mismo compartimento para guardar la capa, pues así, caso necesario, la podremos sacar rápidamente.
"Hacer" la mochila tiene también su importancia: los elementos más pesados, colocarlos más cerca de la espalda. Y el gran misterio, el saco colocarlo en el fondo, para que amortigue todo lo demás.
Es conveniente llevar los utensilios que guarden relación entre sí, en bolsas de plástico y de colores para poderlas distinguir.
Los artículos de más uso y poco volumen, en los bolsillos laterales, y en el bolsillo superior o cierre, la guía, credencial, documentación, etc.
Atención a la mochila que debe estar equilibrada en cuanto a la distribución del peso y no ladeada.
Podemos "jugar" con la sujección a las caderas para descargar de vez en cuando los hombros, al apoyar la mochila en las mismas.
No queremos pecar de pelmas, pero sería más conveniente pesarla antes de salir, y si pesa más de lo recomendado, eliminar lo prescindible o aún lo imprescindible.
En cualquier caso, creemos necesario establecer un límite de peso para la mochila cargada; lo ideal sería como máximo el 10% de nuestro peso, que resulta difícil, por lo que aconsejamos 6/7 kgs. en el caso de las mujeres y 7/8 kgs. en el de los hombres.
La mayoría de los problemas de los pies, tendiditis y demás que se nos puedan presentar, serán como resultado de una mochila demasiado pesada. NO CARGARLA EN EXCESO.









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